viernes, 10 de julio de 2015

El pueblo.

ésta es la história de un pueblo, una história tan real como tu mísma sombra.
Me la contó un amigo que había vivido en ese pueblo, estaba tan alejado de la ciudad, todas las personas temían a algo, cada uno a algo distinto, y es que en el pueblo rezaba una maldición que decía así ''Toda persona, sea de la edad que sea, si se atreve a poner un pié en éste lugar y habitarlo sufrirá crueles consecuencias'' pero las personas son necias y parece que ir en contra de las reglas es lo que quieren.
las personas, todos los domingos, sonaba la campana de la iglesia, e iban a rezar por sus pecados, todos con un caminar lento, como zombis, a una iglesia donde no había nadie que diera un sermón.

-A partir de ahora la história será narrada en primera persona por mi amigo que vivió esta aterradora anécdota-

Recuerdo que ése día nos levantamos muy temprano, era aún de madrugada, todavía no amanecía, quizá eran las 2:00am; mis padres estaban muy apurados, tomando lo que necesitabamos para irnos, yo no entendía el porqué, tenía apenas 8 años, no comprendía mucho lo que estaba pasando
-¡hijo, toma tus juguetes y guardalos aquí! ¡nos vamos!- dijo mi madre con una voz tan desesperada
-¿mamá?, ¿qué pasa?- le pregunté mientras me frotaba un ojo con una mano y sostenía mi oso de peluche con la otra.
-¡sólo haz lo que te digo!- tomé la maleta que me estaba dando y empezé a buscar mis juguetes por todos lados en mi habitación, buscaba bajo la cama, en el estánte, en mi caja de juguetes.
mientras buscaba trataba de saber la razón por la cuál se iban.
-talvez papá nos va a llevar a un lugar, de día de campo, o a algún lugar bonito donde pasar el día- mientras imaginaba esto, mamá entró al cuarto -¡Hijo, ya no hay tiempo!- me tomó bruscamente de la mano y me llevó corriendo al automóvil, al final sólo pude llevar mi oso de peluche que tenía en la otra mano, no me importó, al fin y al cabo volveríamos después, o al menos eso era lo que yo pensaba.
cuando salímos me dí cuenta que habían muchas personas afuera de sus casas, parecían enfadadas por algo; -mamà, ¿porqué todas esas personas están enojadas? ¿qué quieren?- le pregunté a mi madre, todas esas personas comenzaban a asústarme.
-no te preocupes hijo, sólo están jugando- respondió mi madre
-Hijo ¿dónde están tus demás juguetes?- preguntó mi padre mientras conducía a toda velocidad por un camino polvoso arrollando gente
-están en la casa papá, se me calló la maleta cuando mamá me trajo al carro ¿porque papà?- le pregunté
-por que ya no vamos a volver a casa- me respondió, en ese momento me dí cuenta que algo andaba mal
-pero papà, allà estaba mi pelota favorita, todos mis demás juguetes están ahí, ¿porqué ya no vamos a regresar?- pregunté con lágrimas en los ojos
en ese momento mamá me frotó la cabeza, y me dijo con una voz tan dulce -tranquilo hijo te compraremos más juguetes-
-¿enserio?- le pregunté -sí hijo, pero ahora debemos irnos-
en ese momento las lágrimas se fueron.
-¿a donde vamos ahora?- pregunté -a nuestro nuevo hogar hijo- respondió mi padre...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario